sábado, 18 de mayo de 2013

MARIO BRESCIA, UNO DE LOS MILLONARIOS MAS GRANDES DEL PERÚ.


Mario Brescia, estudió ingeniería agrícola en lo que hoy es la Universidad Agraria.  Tuvo tres hijos: Fortunato, Mario y Pedro.  Fue presidente del Club Nacional, fue uno de los “doce apóstoles” del primer gobierno de Alan García.  “Don Mario”, como también se le conocía, recientemente había asumido la presidencia del BBVA Continental en reemplazo de su hermano Pedro.  En marzo pasado también había asumido las presidencias de Holding Continental y de la Fundación BBVA Continental.  Apenas el año pasado la revista Forbes lo había incluído en su lista de las personas más ricas del mundo.  Su fortuna en ese entonces ascendía supuestamente a US$1.8 mil millones.  El Grupo Breca, fundado por su padre, el italiano Fortunato Brescia Tassano, se dedicaba originalmente a bienes raíces.  Cuando éste falleció en 1951, sus hijos Mario y Pedro pasaron a administrarla expandiendo su campo de acción a otras áreas, como la agricultura, la pesca y la banca.  Sufrieron mucho durante el gobierno militar, cuyas expropiaciones y reformas los obligaron a diversificarse.
No obstante, Mario Brescia era mucho más que simplemente un empresario exitoso, que de hecho, indiscutiblemente lo era. Su liderazgo dentro del Grupo Breca no se había debilitado con los años, sino que por el contrario, se había intensificado.  A diferencia de Dionisio Romero, Don Mario había mantenido una vigencia directa y permanente en los negocios de la familia.  Mantuvo siempre una discreción mediática que lindaba con lo obsesivo, lo que hizo que el público en general supiese poco de él, a diferencia de otros líderes empresariales más reconocibles, como lo podrían ser Roque Benavides o Walter Piazza.
Se caracterizó por su fe católica (inculcada por su padre italiano), su constante compromiso al trabajo, su entrañable amor a la patria, su conocida austeridad en el gasto y en el endeudamiento y su fuerte honestidad.  Todas estas virtudes se observaban en su estilo de dirigir o mejor dicho de gerenciar todo un conglomerado de fábricas, financieras y empresas de múltiples rubros que iban desde el sector industrial hasta el sector construcción.
Deja tras de sí no solamente la fortuna que los medios de comunicación están repitiendo que habría acumulado, sino además un fuerte grupo con una inversión diversificada en distintos sectores, más de 40 empresas, algunas de las cuales se encuentran en intensivos procesos de internacionalización, lo que los coloca una vez más a la cabeza de la tendencia del empresariado peruano, es decir empresas peruanas que se globalizan. De todo esto, puedo comentar que no todo aquel que ostenta grandes fortunas es un iluminado y guía a seguir, Don Mario por lo poco que se conocía de su persona a no ser por estas breves líneas, dice mucho de lo que fué, muy discreto, haciendo prevalecer la técnica sobre los intereses políticos. Lo extremo no es nada saludable, el equilibrio de persuadir con un respaldo de valores éticos, conocimiento y ser consecuente de los pasos a dar, conllevan a un crecimiento personal, profesional y social en beneficio de muchos. Siempre es digno reconocer los errores cuando algo no depende de uno o se nos escapa de las manos. Don Mario fue un gran visionario digno de ser respetado, no tanto por lo que acumuló y sus grandes metas, sino por lo que ha generado, empleo para muchos de sus colaboradores en las empresas que manejó, y la imagen empresarial peruana a nivel internacional. Esperemos que sus herederos sigan esta senda forjada por este empresario e impulsen su legado dejado. Que descanse en paz, pero imitemos su emprendedorismo. ….Ing° Manuel Urcia Cruz.

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