La
apertura comercial y la creciente competencia derivada de ella obligan a las
empresas a replantear sus negocios y a reinventarse periódicamente. Algunas apuestan
por desarrollarse solas y crecer en forma progresiva según sus posibilidades
individuales, pero otras se abren a contemplar posibilidades de alianzas
estratégicas. En este segundo escenario, uno de los modelos interesantes para
empresas de diferentes sectores corresponde al del llamado joint venture.
Dos definiciones, dos tipos de joint venture
A)
“Acuerdo contractual entre dos o más partes para dividir –sobre la base
pactada- los riesgos, beneficios y posibles pérdidas de una actividad económica
específica y determinada en el tiempo y en el objeto”. Esta definición
corresponde al llamado Joint Venture Contractual o Non-Equity Joint Venture. En
el Perú, muchos proyectos mineros, por ejemplo, se desarrollan bajo este
esquema. Tal es el caso del principal yacimiento aurífero del mundo: Yanacocha,
en Cajamarca, en el que participa el grupo peruano Buenaventura con el grupo
estadounidense Newmont, el segundo mayor inversionista de oro del planeta,
después de Barrick.
B)
“Acuerdo accionario a través del cual dos o más empresas forman una tercera
entidad para desarrollar actividades específicas”. Ello corresponde al Equity
Joint Venture o Joint Venture Corporativo. Un ejemplo de este tipo corresponde
al de la familia Checa en Ica. Inicialmente producían y exportaban alrededor de
US$1 millón principalmente espárragos frescos con la empresa Exportadora
Frutícola del Sur (Exfrusur). Luego decidieron proponer a sus clientes dejar de
ser clientes para convertirse en socios estratégicos en toda la cadena. Crearon
así ATHOS S.A. y hoy exportan más de US$17 millones, más productos y a más
mercados.
¿Qué pretenden los socios?
Las
razones principales por las que una empresa puede buscar un socio estratégico
bajo esta modalidad son:
@
Capital insuficiente
@
Transferencia tecnológica
@
Acceso a canales de distribución
@
Acceso a recursos naturales
@
Ubicación estratégica
@
Costos menores
@
Incentivos del país receptor de la inversión
¿Por qué fracasa o aborta la negociación de un joint
venture?
A
pesar de que este acuerdo pareciera ser el de un “matrimonio perfecto”
(capacidades complementarias), también existen los divorcios por diferentes
causas que a continuación puntualizamos:
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Sobreestimación de las capacidades del socio
@
Estrategias y estilos de dirección no adaptados
@
Orientaciones estratégicas contrapuestas
@
Valoración de plazos
@Organización
y distribución de funciones
@
Participaciones no justas
Durante
los últimos quince años, empresas de diferentes sectores –minería,
agroindustria, pesca-acuicultura, telecomunicaciones, hotelería, forestal,
etc.– han llegado al Perú atraídos por los indicadores macroeconómicos que
revelan una buena performance de la economía nacional y condiciones positivas
para la inversión. Sin embargo, algunas de estas empresas interesadas dudan al
percibir los otros indicadores donde el Perú aún tiene mucha tarea por
desarrollar: desconfianza en el poder judicial, altos niveles de corrupción,
necesidades de simplificación administrativa, etc.
Por
ello son muchas las empresas chilenas, estadounidenses, canadienses, europeas,
asiáticas, etc. que evalúan seriamente la posibilidad de desarrollarse en el
Perú a través de un joint venture con
un socio local que sepa desenvolverse en este escenario. El secreto, por
supuesto, es elegir al socio correcto. Las oportunidades para empresas peruanas
son muy amplias en este terreno, aprovechando la experiencia del socio,
reduciendo la curva de aprendizaje del negocio, mejorando su fuerza negociadora
frente a terceros, entre otros evidentes beneficios.
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