En el Peru, son pocas las empresas que en base a creatividad y emprendedorismo se han convertido en lideres. Un ejemplo que debe ser imitado y estudiado es el de los hermanos Alejandro, Nemecio y Prudencio Torvisco, EL GRUPO ANYPSA.
Todo comenzó en un pequeño cuarto
hecho de palos y esteras. La primera oficina de la empresa A, N y P, fundada en
1991, no dejaba espacio para la ilusión, menos para prever que una década
después se convertiría en un importante ejemplo de emprendimiento. Pero el
tiempo premió el esfuerzo y tesón de Alejandro, Nemecio y Prudencio Torvisco,
quienes solo dos años después de debutar como empresarios ya vislumbraban algo
del éxito que les esperaba, al tiempo que decidían cambiar el nombre de la
empresa por Anypsa. ¿Pero cómo se animaron tres jóvenes provincianos que apenas
frisaban los 20 años a fabricar masillas, resinas y pinturas?
El menor de los hermanos, Nemecio,
recuerda que fue Alejandro quien los metió en la aventura. "Él trabajó
varios años en una fábrica de pinturas y ahí aprendió cómo se preparan".
Pero las malas condiciones laborales y una casualidad --una amiga suya trabajaba
en una ferretería-- lo empujaron a cambiar la producción por la venta. Así supo
que en una semana las ganancias eran superiores a su jornal de empleado.
"Después de un mes jaló a Prudencio, que trabajaba en construcción, y
luego me pidió que dejara la carpintería para vender pinturas los tres
juntos", recuerda ahora el gerente financiero de Anypsa.
Poco a poco fidelizaron a los
ferreteros, tanto de El Agustino, donde residían por ese entonces, como de los
distritos aledaños. Entonces se animaron a dar el siguiente paso: comprar una
bicicleta para repartos. Como es obvio, después vinieron las otras dos
bicicletas y luego decidieron juntar sus ahorros para levantar su propia
fábrica.
De ese tiempo Nemecio recuerda con humor
el corralón de 120 metros cuadrados que alquiló en Santa Anita. "No
teníamos ni baño y encima el hermano de la dueña nos estafó porque nunca le
entregó la plata que le pagamos".
Aun así salieron adelante. Un año
después ya producían al 100% de su capacidad, razón por la cual se mudaron a un
local cuatro veces más grande, cuya compra fue financiada por un banco. Para
cuando la empresa fue rebautizada, los Torvisco ya habían pasado de hacer sus
repartos y cobranzas en bicicleta a tener una pequeña camioneta repartidora.
Desde 1994, Anypsa no ha parado de
crecer hasta ser ahora una de las principales empresas de su rubro, con una
planta de 60.000 metros cuadrados en Carabayllo y con interesantes proyectos en
el sector inmobiliario y de bebidas.
LAS CLAVES
- Inversión. Los hermanos Torvisco comenzaron con un capital de 3.000 dólares. Ahora, 17 años después, Anypsa posee un patrimonio de S/.35 millones.
- Inversión. Los hermanos Torvisco comenzaron con un capital de 3.000 dólares. Ahora, 17 años después, Anypsa posee un patrimonio de S/.35 millones.
- Eficiencia. En sus inicios, Anypsa
producía 100 tarros de 250 mililitros por jornada, ahora produce 10.000 tarros
de la misma presentación en el mismo período.
- Gastar solo en lo necesario. Para
comenzar a producir, los Torvisco compraron un motor y una olla de cocción en
800 dólares.
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