COMO MEDIR LA COMPETITIVIDAD
GLOBAL
Ing° Manuel Urcia Cruz
Hablar de COMPETITIVIDAD ha sido y será materia de
muchas definiciones. Sin embargo, el acelerado incremento del comercio
internacional, la estandarización de procesos, bienes y servicios, la era de
las tecnologías de información y comunicación con el CHIP como estrella y la
globalización de mercados ha permitido redefinir a la competitividad. A
continuación presento algunas definiciones más comunes:
Definiciones
alternativas de competitividad
.-La
capacidad de un país de alcanzar en forma sostenida altos índices de
crecimiento de su PIB per cápita. Fuente: Foro Económico Mundial, Informe de
Competitividad Mundial , 1996, pág. 19
.-“La
competitividad de las
naciones es un campo del conocimiento económico que analiza los hechos y
políticas que determinan la capacidad de una nación para crear y mantener un
entorno que sustente la generación de mayor valor para sus empresas y más
prosperidad para su pueblo”.
.-“La
competitividad de las
naciones se relaciona con la forma en que ellas crean y mantienen un entorno
que sustente la competitividad de sus empresas.”
Fuente: Anuario de Competitividad Mundial, IMD
2003.
“La
competitividad implica
elementos de productividad, eficiencia y rentabilidad, pero no constituye un
fin ni un objetivo en sí misma. Es un medio poderoso para alcanzar mejores
niveles de vida y un mayor bienestar social —una herramienta para el logro de
objetivos. Al aumentar la productividad y la eficiencia en el contexto de la
especialización internacional, la competitividad brinda a nivel mundial la base
para incrementar los ingresos de las personas sin generar inflación. Debe
considerarse la competitividad como un medio básico de mejorar el nivel de
vida, crear empleos para los desempleados y erradicar la pobreza”.
(Michael PORTER)
La meta
final – El incremento sostenido del valor agregado
Resulta claro entonces que, si bien el alcance de
la competitividad se ha ampliado,
el objetivo final del movimiento que la sustenta es
alcanzar y mantener un rápido
crecimiento económico, reconociendo que el
desempeño del comercio exterior cumple en él un papel importante. Todos los
analistas de la competitividad admiten que para mantener el crecimiento frente
a la competencia externa basada en salarios bajos, las naciones deben
transformar sus productos en forma continua o sustituirlos por otros nuevos.
Esto es así casi por definición, ya que un mayor crecimiento implica un aumento
de los costos internos de mano de obra en relación con los de países de
crecimiento más lento, a menos que la participación de la economía en alza
dentro del ingreso nacional haya experimentado un incremento desacostumbrado.
Por lo tanto, el verdadero meollo
del tema de la competitividad tiene que ver con el
papel relativo que en este proceso de innovación desempeñan el mercado, la
política pública e iniciativas privadas tales como el desarrollo de
conglomerados productivos. Este es un aspecto definido y fundamental sobre el
que podría juzgarse a las diversas voces que se alzan en favor de la competitividad:
¿esta innovación de sus productos les ofrece un camino plausible y comprobado
hacia un mayor PIB?
Lo que en ocasiones se conoce como la perspectiva
neoclásica de la “ventaja
comparativa” establece que la evolución normal de
los precios y salarios, como productos del crecimiento, creará los incentivos
necesarios para esta innovación. La evidencia empírica demuestra que en todas
las ocupaciones el salario real aumenta con el crecimiento de la economía, y
generalmente en un porcentaje aproximadamente igual.
Ello significa que, aunque los salarios no aumenten
en relación con el rendimiento del capital en las economías en crecimiento, sí
lo hacen en forma significativa en relación con los salarios de otras economías
que no crecen. Esto crea incentivos para que las Informe de la Comisión
Especial de la Cámara de los Lores sobre Comercio Internacional, 1995.- 7 -
empresas exportadoras emprendan esta innovación e inviertan en actividades que
implican mayor productividad laboral para poder costear salarios más elevados.
A este criterio se suma el hecho de que, en la identificación de los sectores
que deben privilegiarse, la intervención pública es mejor que un proceso
aleatorio y por lo general representa udespilfarro de recursos en subsidios
desacertados (con excepción de los
aplicables a bienes públicos esenciales como la
investigación y el desarrollo, la
infraestructura y la educación). Quienes critican
este planteamiento sostienen que el mercado no puede fomentar esta innovación
en forma adecuada porque las inversiones necesarias para ello exceden los
alcances de una sola empresa individual.
Específicamente hacen referencia a los países
exportadores de recursos naturales, que rara vez diversifican, y a las
economías de crecimiento crónicamente lento. Una segunda perspectiva en el
camino hacia la recategorización de productos es la de los analistas
comerciales quienes indican que un ingrediente importante del que carece el
desarrollo nacional es una mejor estrategia comercial de las empresas
instaladas en países con bajos niveles salariales, así como un desarrollo más
intenso de conglomerados productivos. También abogan por mejores entornos
comerciales (no es un
rasgo que los distinga, ya que lo mismo hacen
muchos otros analistas). Los estrategas comerciales muestran una tendencia a
comparar su posición con lo que denominan “estrategia de la ventaja comparativa
de los bajos salarios”, o sea, que los países con bajos niveles salariales
deben tratar de competir exclusivamente sobre esa base mediante la exportación
de productos básicos no diferenciados. Esta perspectiva se basa en gran medida
en una serie de estudios de casos específicos cuya principal conclusión es que
las empresas modernas tienen mejores posibilidades de sobrevivir si evitan la
competencia sobre la base de costos bajos y en cambio procuran lograr la
diferenciación, innovación y modernización de sus productos. Se considera que
la competencia basada en los costos lleva a las empresas al canibalismo y al
declive.
En ocasiones se exageran las diferencias de
estrategia de estos enfoques.
Michael Porter reconoce que los costos competitivos
son parte de la ecuación: “[las empresas]…deben contar con una ventaja
comparativa, ya sea bajo la forma de costos inferiores o de productos
diferenciados que se coticen a muy buenos precios. Para mantener su ventaja,
las empresas deben lograr progresivamente ventajas competitivas de carácter más
complejo, ofreciendo productos y servicios de mejor calidad o produciendo en
forma más eficiente. Ello se traduce directamente en el crecimiento de la
productividad." (Porter, 1990, pág. 10). Probablemente ningún grupo se
opondría a una estrategia combinada que aplicara, por ejemplo, estrategias de
reducción de costos donde exista la posibilidad de hacerlo, y de innovación y
modernización donde estén dadas las condiciones para ello. El uso moderno
define la competitividad en términos amplios como el aumento del bienestar de
toda una economía, difiriendo en este aspecto de la aplicación tradicional del
término centrada en el nivel nacional de precios y en su impacto sobre el
comercio exterior. Aunque la vaguedad en el uso del término provoca
considerable inquietud en algunos foros, existe entre los principales autores
un mayor consenso sobre los objetivos finales de lo que parecería a simple
vista. Ante la presión por llegar a una definición, los trabajos más recientes
sobre la competitividad la equiparan con un aumento sostenible del PIB nacional
per cápita. Una vez que se reconoce que el PIB se mide sobre la base del valor
agregado y que éste puede ser a su vez medido por cualquier entidad económica,
se dispone de un patrón simple y flexible de desempeño de la competitividad,
así como de una base para evaluar numerosos índices o incluso proyectos de
desarrollo supuestamente orientados a la promoción de la competitividad.
Después de este análisis, es muy común resumir
estas definiciones en la siguiente ecuación:
LA
FORMULA ELEMENTAL DE LA COMPETITIVIDAD
(P.E.R)t = (BC + EVA)t
Donde:
P = Productividad.
E = Eficiencia.
R = Rentabilidad
t = Periodo a medir.
BC = Beneficios comunales.
EVA = Valor económico agregado para la empresa.
CÓMO SE DEFINE Y CALCULA LA COMPETITIVIDAD DE LOS PAÍSES
Podemos tomar los estudios publicados por las
distintas organizaciones, estudios acreditados que son muy seguidos para
ayudarnos a establecer lo que es la competitividad de los países. Los dos
Estudios mencionados siguen criterios algo distintos pero también existen
muchos elementos comunes que nos dan pistas de cómo se puede definir la
competitividad de los países.
El Índice de competitividad de los países que ha
elaborado la FEM está basado en los siguientes PILARES DE
COMPETITIVIDAD:
1.
Instituciones.
2.
Infraestructura.
3.
Estabilidad
macroeconómica.
4.
Salud y
educación primaria.
5.
Educación
secundaria y formación.
6.
Eficiencia
de los mercados de los productos.
7.
Eficiencia
en el sector laboral.
8.
La
sofisticación del mercado financiera.
9.
Preparación
tecnológica.
10.
Tamaño
del mercado.
11.
La
sofisticación de los negocios.
12.
La
innovación.
Este Estudio lo elabora el proyecto de
competitividad del FEM liderado por el profesor de económicas, Xavier
Sala-i-Martin, de la Columbia University, de Nueva York, y es una suma del
trabajo de distintas organizaciones estadísticas o académicas de cada país, en
España, por ejemplo, el análisis lo completó el Centro de Competitividad de la
escuela de negocios, IESE.
Por otra parte, tenemos el estudio de
competitividad del IMD que sigue 327 criterios para su Índice bajo
cuatro factores competitivos, que son el rendimiento económico, la eficiencia
del gobierno o de los gobiernos, la eficiencia de las empresas y del mundo
empresarial y la calidad de la infraestructura.
Estos estudios son dos ejemplos de cálculos que se
han hecho para fijar la competitividad de los países.
LAS
SIGLAS BASICAS DE LOS 12 PILARES PARA MEDIR LA COMPETITIVIDAD GLOBAL.
EB
= Economía Básica; corresponden a los 4 primeros pilares.
EBE = Economía Basada en la
Eficiencia; corresponden a los siguientes 6 pilares.
EBI
= Economía Basada en la Innovación; corresponden a los siguientes 2
pilares.
LA IMPORTANCIA DE LA COMPETITIVIDAD DE LOS PAÍSES
El nivel de competitividad del país es importante
porque los elementos que lo componen son fundamentales para el crecimiento
del país, para su productividad y para incentivar la inversión, tanto de
los inversores extranjeros como de los inversores internos. Un país competitivo
permite su desarrollo de forma más eficiente y más rápido.
Además, es importante que las condiciones que
ayudan a empresas a funcionar bien estén claras y que se mejoren cada vez más.
Condiciones como las siguientes:
§ Las que establecen y esclarecen
los derechos de propiedad.
§ Las que reducen los costos de
resolución de disputas.
§ Las que hacen más predecibles las
interacciones económicas.
§ Las que proporcionan a las partes
contratantes importantes medidas legales de protección contra los abusos.
Siguiendo los parámetros de estos estudios u otros
procedimientos, la competitividad de los países es importante ya que sus
condiciones permiten a empresas comprometerse en sus inversiones y en su
crecimiento. Más inversión, más crecimiento, más productividad y más
empleo.